Navidad
09dic

Ha pasado el puente de Diciembre, y podemos decir oficialmente eso de ¡ya es Navidad!, estos días marcan el pistoletazo de salida hacia unos días, de reuniones familiares, comidas de empresa, bullicio de gente por las calles, compras, regalos, cánticos de villancicos, y la dieta hipercalórica durante días, todo esto lo rodeamos de luces, brillos y una obligada felicidad, paz y mucho amor…¿pero de verdad es así?, ¿sientes que este tiempo te produce paz, armonía, felicidad?, ¿eres de los que el espíritu navideño te invade desde los primeros días de diciembre y lo disfrutas? o por el contrario eres de los que tu gustaría dar un salto en el calendario y que fuera 7 de Enero desde ya, o desparecer durante estos días viajando a la otra punta del mundo, con tal de no tener que sonreír y bailar con tu jefe o compañeros, decidir con que parte de la familia toca celebrar este año la noche buena o año nuevo, o tener que estar apartando parte de tu presupuesto para regalos y compromisos…

La Navidad es un período de jubilo para algunos pero es cierto que una terrible pesadilla para otros, todo depende de las circunstancias, situaciones, experiencias vividas,  para muchas personas la Navidad le produce más ansiedad, estrés y tristeza que beneficio alguno, porque empiezan a faltar familiares muy queridos, o los hijos se tienen que “repatir” y en muchas casas se hace más palpable en estos días la soledad, porque la situación económica en muchas familias no es la más apropiada para este tipo de gastos y excesos, o porque las costumbres o compromisos que se crean en torno a esta fiesta producen malestar emocional a muchas personas, desde  (porqué me tengo que separar en un día así de mi familia para cumplir con otra familia, o porqué tengo que ir de cena con la empresa cuando lo que me apetece es no verle la cara a mi jefe…) sea por lo que sea, el dicho “vuelve a casa por navidad, navidad dulce navidad” no es tan idílico como nos lo pintan en los anuncios de televisión.

Pero todo puede cambiar, en tu mano está reciclar aquello que no te hace sentir bien o a gusto, ¿que pasaría si nos planteáramos otras formas de celebración, si tuviéramos en nuestra mano un abanico de alternativas para elegir la que mejor se ajuste a nuestras necesidades e intereses?. Para algunos será descabellado plantearse cambios en una tradición tan arraigada,  pero es que la Navidad se ha vuelto antipática, una fiesta que da pavor a muchas personas, por el hecho de explotarse en sí misma  y recrearse en simulacros calcados de películas o de la publicidad de grandes comercios, por eso millones de personas deciden acoplarse a este ritual de forma hipócrita para  no complicarse la vida, cuando está en nuestra mano la posibilidad de vivir la Navidad como queramos pasarla, ¿cómo?:

Aquí tienes unas pautas, ¿qué pasará si las pruebas este año?:

-Elimina Miedos: “si digo que no voy a la cena va a causar rechazo entre mis compañeros”, “si manifiesto a mi pareja mi deseo de pasar este día con mi familia puedo crear un conflicto” …no es lo que se dice sino como se dice, comunícate, manifiesta tu deseo con claridad, expón tus sentimientos, e intenta negociar, puede ser más fácil de lo que te piensas.

-Busca soluciones: la negociación con los demás, o simplemente plantearte lo que mejor te pude venir a ti, desde no comer tanto porque te sienta mal, a no salir o visitar a ciertos parientes, o no tener que regalar de forma obligada en ciertos días. Busca la opción alternativa, si piensas existe.

-Plan B: ¿y si te vas de viaje a la playa? o ¿este año celebráis el año nuevo en vez de en familia con los amigos?, abrir el abanico de posibilidades te lleva a mirar con otros ojos la navidad, no puedes borrar la navidad del calendario pero sí como enfrentarte a ella y cómo disfrutarla.

-Adaptate y disfruta como un niño/a: ¿qué hacen los niños desde primeros de diciembre en la escuela? preparan, se adaptan a lo que va a venir, tu puedes hacer lo mismo, intenta “regresar a tu infancia” y goza de estas celebraciones con el espíritu infantil del niño que todos llevamos dentro. Visualiza tu interior. Recuerda lo que hacías entonces y adopta algunos hábitos de entonces, disfrutar con la decoración, cantar, levantarte temprano para abrir regalos, puede ser el antídoto perfecto para sobrevivir estos días.

-Sigue tus rutinas: no apartes tus buenos hábitos, no beber, no comer en exceso, ir al gimnasio, esto te mantendrá firme en tu identidad.

Y sobre todo se consciente de que para pasar una dulce Navidad, en paz y armonía, debes hacer lo que en función a tu grado de comprensión y bienestar desees por eso recuerda tener tiempo para ti y paciencia, son sólo unos días, déjate fluir y todo saldrá fácil y bien.

FELIZ NAVIDAD A TODOS/AS.

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