El 21 de junio a la vuelta de la esquina, ya se nota el calor,  esos hogares con tonos naranjas de la luz que entra por las persianas medio bajadas, los ventiladores girando, chanclas y vestidos en los armarios…dice el tema de Ella Fitzgerald  “Summer Time…Tiempo de verano, la vida es fácil…” y es así en verano todo tiene otro color, otro carisma,  por el clima, el horario ya que los días son más largos, los colores de nuestras ropas, la luz, todo esto influye de forma positiva en nuestras hormonas, también es una época que siempre hemos asociado desde nuestra infancia al descanso, a las vacaciones, a tener tiempo para estar con los amigos, la familia, para hacer lo que más te gusta,  y llevamos esto como aprendizaje bien inculcado por lo que incluso llega un momento en el que ya lo necesitamos, queremos que llegue, contamos con ansia los días hasta las vacaciones, el verano es tiempo de felicidad como dice la canción, de ver la vida más fácil incluso en estos tiempos que corren porque muchas personas por el  tema de la crisis pensarán que su verano ya no será lo mismo, que pierde su esencia, pero para no vivir el verano con frustración por estos temas  aquí os dejo unas orientaciones para que podamos seguir disfrutando del verano y llevándonos de él todos sus beneficios:

Hay muchas cosas que hacer en verano y que salen gratis o a muy poco coste,  desde pasear por la mañana temprano, sintiendo el sol cuando es suave, o dar un buen paseo al caer la tarde-noche o incluso de madrugada por las calles mientras te comes un buen helado, ir a la piscina al menos una o dos veces a la semana, la entrada es muy barata, y nada hay mejor en verano que estar en contacto con el agua, con ese azul tan intenso, el césped, y nos podemos llevar nuestra merienda desde casa no hace falta tampoco gastar en exceso. Los que viven cerca del mar lo tienen fácil, tirar de nevera portátil y a la playa, o si estás en la ciudad irte a un parque y comer o merendar sobre una manta,  hay auténticos placeres de verano como el echarte la siesta en el césped, en la piscina o en la playa, placeres que no tienen precio. En la ciudad podemos asistir a los conciertos de las bandas o grupos que suelen tocar en plazas o parques, visitar museos el día más barato o el día gratis. Hay muchas cosas buenas que salen muy baratas. Una botella de vino para beberla en casa, en tu patio o en la playa al atardecer y entre amigos. Las revistas que más te gustan, un buen libro de bolsillo, además la lectura te proporciona emociones, viajes, ir al cine si encima hay cine de verano en tu ciudad mejor. Quedar con los amigos y hacer un concurso de tapas donde cada uno lleve una hecha por el mismo.

El verano es el tiempo de la felicidad. Apuren lo y no piensen en el invierno que nos espera. Crisis ha habido casi siempre,si pensamos en nuestros abuelos seguro que lo tuvieron muchísimo peor que nosotros y han disfrutado de la vida igualmente. Si existe una cosa que sabemos hacer bien los españoles es pasárnoslo bien con muy poco.Hemos sido así siempre, y eso no nos ha hecho más desgraciados, ni más tristes que los demás. Recuérdenlo y sean felices, porque la felicidad también es una forma de resistir, y el verano nos puede ayudar a ello. Vivir el verano como toda la vida, todo depende de cómo te lo montes, de cómo lo vivas, y cómo actúes, en definitiva disfrutar el verano depende mucho de uno mismo.

Una cosa también muy típica del tiempo de verano son los amores y desamores, dicen que en verano se divorcia más la gente y que los amores que surgen en verano son más efímeros al menos eso es lo que dicen las estadísticas, “que las parejas se divorcian mas durante los meses de verano”, el motivo puede ser que ambas partes están de vacaciones y pasan mas tiempo juntos, lo que puede traducirse en una inesperada y nunca deseada fuente de conflictos que puede llevar al matrimonio a visitar al abogado en septiembre.

Yo opino que una pareja bien avenida no se separa por irse de vacaciones sin más o por tener alguna discusión por elegir el lugar de vacaciones. Sin embargo para una pareja con problemas, las vacaciones estivales pueden llegar a ser una dura prueba. Y… ¿por qué se llega a esa situación? Seguramente la falta de tiempo puede ser uno de los elementos que nos obliga a sacrificar el dialogo, la comunicación y la confidencial complicidad que son las garantías del buen funcionamiento de una pareja, para convertir la relación en una mera transacción una cómoda, y segura, convivencia. Cuando existen problemas graves de fondo, cuestiones de incompatibilidad de caracteres, rencores por viejas disputas de pareja no resueltas, falta de comunicación y de intercambio emocional en positivo, desilusión y apatía por agotamiento del proyecto de vida en común…, en estos casos, las vacaciones de verano pueden llegar a ser lo más parecido a una especie de “encerrona”, como meterse en la casa del gran hermano y estar ahí día y noche juntos. Seamos realistas: en esta época del año, probablemente más que en otras, una pareja que se lleve mal puede llegar a aumentar esa cifra negra de la crónica veraniega de rupturas, separaciones y divorcios, pero por otro lado están los amores de verano, tipo Danny Zuco y Sanddy en Crease ¿lo recordaís? Amores que dejan huella pero que al pasar el verano cuestan mantener, o ese primer amor cuando eres jovencito/a, será por el calor, o las ciudades desiertas, las vacaciones en el pueblo o en el sitio de playa de siempre, que hace que se acaben creando grupos, que se tiene más tiempo, o porque estamos más predispuestos, que siempre hay historias de amor cada verano y eso es muy bonito.

Que el verano traiga mucho amor, mucho descanso, mucha diversión, tiempo para compartir, para estar con la gente que quieres, para disfrutar, para pelear, para reconciliarte, para dormir, para salir, para estudiar, y mejorar ya no tienes que esperar a septiembre para ello puedes aprovechar el verano y hacer ese curso que te gusta, esa asignatura pendiente con la que te tienes que poner a fondo, en verano hay tiempo para todo, y está en tu mano sacarle el máximo partido.