Vamos a hacer un ejercicio: Visualiza la vida que quieres vivir, ¿cómo te gustaría verte de aquí a 5 o 10 años?, incluso dibújalo en un folio.

Nuestro pensamiento es treméndamente potente y aquello que pienses ahora podrá ser ejecutado mañana, dentro de 3 meses o dentro de 5 años, pero si no has imaginado aún como vas a ser o lo que quieres hacer, entonces nunca ocurrirá.

Por supuesto que sí, nosotros tenemos el poder de poder decidir cómo será nuestra vida, porque en última instancia, el mayor responsable de cómo es nuestra vida, es uno mismo.

El pasado, es eso, pasado, no debe influirnos ni repercutir en nuestro presente y mucho menos en el futuro que deseemos, en el presente que vivimos no hay cabida a lamentos, a pensar lo que hubiera sido si…… En nuestro presente tienen protagonismo las decisiones y las iniciativas que puedan mejorar nuestra realidad actual y futura. Dado que nosotros somos el agente principal de nuestro cambio, que nadie maneja nuestra vida como uno mismo, tendremos que ser conscientes de lo que queremos y ponernos en marcha para obtener resultados extraordinarios en nuestra vida.

 ¿Entonces las decisiones que tomamos en el presente tienen que ver con lo que seremos en nuestro futuro?.

Está claro que lo que proyectemos en nuestra mente y que no sólo se quede en eso, en una mera proyección o pensamiento, sino lo que llevemos acabo, dibujará nuestro camino y nuestro futuro. No podemos quedarnos a medias, no podemos ser victimas del conformismo o la desmotivación, más ahora que nunca tenemos que ser personas vivas, activas, constantes, trabajadoras, con ganas de luchar, con energía, con buenas ideas y con confianza en nosotros mismos y nuestros proyectos.

Las personas exitosas no son más inteligentes ni tienen más suerte que nadie, simplemente han aprendido a ser conscientes de la realidad que tienen y la que desean, conocen sus recursos, habilidades, capacidades y los emplean para la mejora de su vida, ya sea a nivel personal o profesional, no se conforman con lo que les viene y no tienen miedo a arriesgarse a conseguir una vida mejor, poseen unos niveles muy óptimos de confianza y autoestima, apartados que se pueden trabajar sino contamos en un principio con ellos, y cuentan con lo principal, la actitud y las ganas de cambiar.

Ahora después de leer esta publicación, vamos a realizar de nuevo el ejercicio: visualiza la vida que quieres vivir y dibújala en un folio.

Tener claro tus objetivos es lo principal, a partir de entonces elaboraremos planes de acción, para llegar a conseguirlo.

¿Es esa tu vida ideal? ¡¡A POR ELLA!!.