En una semana en la que parece nacer una Nueva Reforma Educativa donde el gobierno del PP plantea, una vuelta a las revalidas como en los años 60, a los colegios de niños y niñas, la desaparición del Bachillerato de Artes, donde la Formación Profesional (FP) puede retroceder y pasar a una segunda categoría habiendo desaparecido varias especialidades de módulos formativos, en definitiva están a punto de sacar del horno algo que hace retroceder la escuela a hace muchos años, cuando con 14 años teníamos que decidir qué estudiar, si FP o Bachillerato, sin más opciones y alternativas, incluso con la Reforma latente pretenden que en un curso introductorio ya se cojan optativas que te deriven a una opción u otra, con una edad en la que no se cuenta con la suficiente madurez cómo para tomar esta decisión.
Pero lo peor de todo, es fundamentar la mejora de la calidad educativa en evaluaciones, algo que es un «error pedagógico inmensurable, será un sistema educativo centrado en los puntos débiles, quién vaya mal no podrá continuar, ¿donde queda el aprendizaje, la pedagogía, las mejoras conseguidas estos años?, no sé cómo se llega a la conclusión, pero quién haya captado la idea de que sólo vale la pena hablar de lo que no va bien, que lo que funciona no necesita mayor atención, y hay que eliminar todo aquello que conlleve, igualdad, opciones y oportunidades, en mi humilde opinión sabe poco de educación.
Si existe fracaso escolar, corregir lo que está mal es importante pero construir sobre lo que funciona bien puede ser enormemente productivo.
¿Donde queda con esta nueva Reforma lo de centrarnos en las capacidades de cada uno, ampliarlas y aprovecharlas al máximo?, Si puede que haya alumnos/as que no se sientan identificados con el sistema que les viene, porque han desaparecido modalidades, especialidades que igual entraban dentro de sus necesidades e intereses.
Ni hablar ya de una educación positiva que incluya además de las habilidades académicas tradicionales las habilidades para cultivar el crecimiento, la satisfacción, la motivación, la felicidad, ¿qué nos contestarán en un futuro nuestros hijos cuando les preguntemos qué te enseñan en la escuela?, cuando la Nueva reforma queda lejos de poder experimentar emociones positivas en la escuela, consiguiendo así que los alumnos/as tengan mejores resultados académicos.
Pero de donde saca “esta gente” que no es compatible la calidad de la enseñanza, los buenos resultados académicos, con la variedad de disciplinas y opciones, la coeducación, con enseñar a nuestros niños/as a vivir con plenitud, “a florecer”.
Por eso ahora más que nunca las AMPAS (Asociaciones de padres y madres), deben dejar llegar el COACHING A LAS AULAS, talleres educativos donde alumnos/as, profesores y padres, experimenten el entusiasmo, la curiosidad, la gratitud, el compañerismo, el interés por una educación PARA TODOS, donde se ayuda a las personas a conocer y aprovechar sus fortalezas, promoviendo la positividad y el interés por el proceso de Enseñanza-Aprendizaje, entrenandonos para ser conscientes de lo que se hace bien, en lo que cada persona sobresale es lo que hay que potenciar, más que los fallos, esto es lo que hará a nuestros hijos plenos y felices. La participación en este tipo de talleres de coaching educativo son fundamentales para el desarrollo de aspectos cognitivos, sociales y personales. No dudéis si la Escuela y su sistema no satisface vuestras expectativas en acercar el Coaching Educativo a todos los agentes educativos, cambiando nosotros será más fácil cambiar la institución y sus normas, por muchos decretos y muy escritas que estén.
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